Anusky cumplió lo prometido y el martes volvió a enviarnos un mail con fotos y contándonos todo lo que había hecho también ese día. Os he dejado a la derecha un álbum con todas las fotos que nos envió.
El martes por la mañana Bruno y ella salieron a dar un paseo por la Villa Olímpica, el barrio que se construyó para los Juegos Olímpicos del 92 y que es donde está el Hotel Arts, en el que estaban alojados. Estuvieron paseando por el paseo que va bordeando el Puerto Olímpico y la playa. Sobre las 12 del mediodía volvieron al hotel, donde les esperaba un coche con chófer para llevarles a Calella de Palafrugell, un pueblo precioso situado en plena Costa Brava, en Girona.

Allí comieron en un restaurante junto a la playa y estuvieron paseando por el pueblo y por la playa hasta el atardecer. Después volvieron con el coche a Barcelona.
Esa noche salieron a cenar a un restaurante llamado El Cangrejo Loco, a cinco minutos a pie del hotel, en pleno Puerto Olímpico. Nos contó Anusky que en estos tres días se habían hinchado a arroz y marisco y que estaba todo buenísimo en todos los restaurantes donde habían comido y cenado. También le había encantado el pan con tomate y el postre más típico de allí, la crema catalana.

Después de cenar fueron a ver el espectáculo musical de las Fuentes de Montjuic. Contaba Anusky que es algo único ver las fuentes cambiando de forma y color al ritmo de la música. Una experiencia que te pone la piel de gallina.
Hoy, hace un ratito, ha llegado ya Anusky a casa y lo primero que ha hecho ha sido llamarnos a Pati y a mí para que pasáramos a ver las fotos del hotel, de la suite y de la piscina. Y para contarnos lo bien que había ido el viaje, lo enamorada que estaba de Bruno, lo estupendamente que lo había pasado y, también, las ganas que tenía de volvernos a ver.
Pensábamos que habría llegado rendida del viaje, pero no, ... esta noche nos vamos las tres a bailar y mañana celebramos en su casa su fiesta de 700 cumpledías, que fue el lunes pero que festejaremos mañana con las chicas.