Ian me llevó a cenar a un restaurante divino que está cerca de la playa. La cena fue estupenda y al final me invitó a una botella de champagne. Ian se pasó toda la cena diciéndome lo que guapa que estaba con el recogido y lo bien que me sentaba el conjunto nuevo. Yo estaba como en una nube, flotando de lo feliz que me sentía: cursillo terminado con buena nota, contrato firmado para el nuevo trabajo, cenando con el chico más guapo de la ciudad, y sintiéndome fantástica y maravillosa.
Luego nos fuimos a bailar. Tenía la sensación de que éramos la pareja ideal y todo el mundo nos miraba. Ian baila muy bien y yo estaba inspiradísima en la pista. En fin, la noche perfecta!!!
Pero cuando volvíamos a casa en el coche, de repente me dijo que solo había una cosa en mí que no le gustaba y que podía mejorar. Me quedé helada! Ian cree que mis pechos son demasiado pequeños!!!
Esta mañana se lo he comentado a Sara, mi terapeuta. Ella dice que no debería hacerme un aumento de pechos solo porque me lo pida Ian. Que si lo hago tiene que ser porque yo no me vea bien como estoy ahora. Según ella, igual Ian no está conmigo toda la vida (¡eso es imposible! ¡Es mi hombre ideal!), y en cambio yo sí voy a estar conmigo siempre.
Aprovechando que estaba en el hospital he ido a la consulta del cirujano de estética para informarme. Y, bueno, el primer problema es que tengo que ahorrar una pasta para poderlo hacer. O eso, o se lo pido a mis padres, a ver si les parece bien pagarme la operación (no sé yo, la verdad...).
En fin, este fin de semana me lo pienso.
Esta noche he invitado a Ian a cenar en casa. Me he puesto lo más sexy que he podido. Igual se le pasa la neura de que mis pechos son pequeños... Aunque yo ya estoy también pensando que tiene razón... ¿Os parece sexy mi conjunto?
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