sábado, 18 de agosto de 2012



Acabo de llegar del viaje a la playa con Lucas. Allí no teníamos conexión y no pude iros contando lo que hacíamos. Así que, os resumo aquí la semana.
El domingo 12 de agosto, me levanté temprano para darme un último baño en la piscina de la terraza privada de la super suite de Ane Cave. Las chicas estaban durmiendo, y como ya nos habíamos despedido cuando llegamos al hotel de madrugada, no las desperté. Después del baño, Lucas me ayudó a cerrar la maleta y pedimos un taxi para ir al aeropuerto. Llegamos a LP a mediodía y fuimos al piso a coger el coche. Ni siquiera pude cambiar la ropa de la maleta. Bueno, además, Lucas dijo que había sudado tanto para cerrarla que no quería ni tocarla! Pasamos primero por casa de Carla y mi hermano y les dejamos a los perros.
Sobre las 7 de la tarde llegamos al pueblo costero donde viven mis amigos Maru y Max. Lo primero que hice fue poner mi ropa en la lavadora y después salimos a cenar los cuatro. Maru y Max tienen una casita con jardín y piscina, a cinco minutos de la playa. Viven allí todo el año porque Max es el entrenador del equipo de fútbol del pueblo y Maru es profesora de infantil en la escuela pública.
El lunes dimos un paseo por el pueblo y comimos en una terraza junto al mar. Por la tarde nos quedamos en la piscina, en plan relax total. A Lucas no le gusta mucho el agua, así que le tocó hacer de fotógrafo (os dejo las fotos del viaje en un álbum). Por la noche cenamos en casa. Maru es muy buena cocinera y le encanta inventar platos.
El martes volvimos a salir por el pueblo para enseñárselo a Lucas (yo ya he ido varias veces y lo conozco bien), y por la tarde salimos a navegar en la barca de Max. Ese día empezaron los problemas entre Lucas y yo. Creo que se agobió en el barco porque no le gusta mucho navegar, y cuando llegamos a la casa estaba de un humor de perros.
El miércoles, le sugerí a Maru que nos fuéramos a visitar un pueblo cercano que tiene mucho encanto para que Lucas no se agobiara otra vez con la playa o la piscina. Así lo hicimos y creo que funcionó y el humor de Lucas mejoró bastante. Aunque seguía algo rarito.
El jueves, Max se llevó a Lucas al club de fútbol para enseñárle las instalaciones y entretenerlo un poco, mientras Maru y yo nos íbamos a bañar a la playa.
Ayer por la mañana Lucas estaba deseando coger el coche y volver. La verdad es que me mosqueé un poco con él. Solo veo a Maru y Max una vez al año y me apetece apurar al máximo mi estancia con ellos. Así que le dije que no nos íbamos hasta después de comer, que Maru había comprado el día anterior marisco para preparar una paella y que le hacía mucha ilusión que Lucas la probara (le queda para chuparse los dedos!). Aceptó a regañadientes y al final salimos de allí a media tarde y llegamos a casa sobre las 10.00 de la noche. Y todo el viaje de vuelta con mala cara! Espero que se le vaya pasando durante el fin de semana porque el lunes nos vamos a Londres y no tengo ganas de pasar otra semanita como esta.
Cuando llegué a casa fui a ver a Anusky y me encontré a Pati en el rellano que ya había vuelto de sus vacaciones. Y fue muy gracioso porque Pati anda también en crisis con Marcos y me contó que Anusky estaba en Galicia, y que había cortado con Alejandro nada más volver del Caribe. Y es que durante las vacaciones siempre pasan esas cosas. Le envié un mensaje a Anusky y me contestó diciendo que había empezado a salir con Daniel, uno de los chicos que conocimos en el Caribe (los amigos de Edward) y que ya me contaría a la vuelta. ¡Madre mía, cuántos cambios en tan pocos días!

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