Hay días que pasan sin pena ni gloria. Y otros, excepcionales, en los que ocurren un montón de cosas. Pues, bien, hoy ha sido un día excepcional!!!
Cuando salía de casa, he visto a Gary que venía a buscarme con el coche para acompañarme a la academia a recoger el título de enfermería. ¡No sabeis la ilusión que me ha hecho! Ya lo tenía planeado, según me ha contado, pero no me dijo nada ayer porque quería darme una sorpresa. Como ha trabajado todo el fin de semana, hoy tenía el día libre. Y ha decidido pasarlo conmigo ... ¡es un cielo!
Hemos recogido el título y hemos ido a la oficina de empleo, a ver si había algo interesante. Me han dicho que había una vacante de ayudante de enfermera en el hospital y para allá que nos hemos ido. Me han entrevistado, ¡y he conseguido el trabajo! Mañana mismo empiezo a trabajar otra vez.
Y lo mejor del día no ha sido eso ... Estábamos tomando un café, cuando Gary me ha pedido que nos fuéramos a vivir juntos!!! No me lo podía creer!!! Y es que durante el fin de semana se me había pasado por la cabeza lo genial que sería si viviésemos juntos.
No nos lo hemos pensado dos veces y nos hemos ido a la oficina inmobiliaria para buscar un piso un poco más grande, con cocina independiente (os dejo unas fotos de la cocina -¡con lavavajillas y todo!-, a ver qué os parece), hemos firmado el contrato de alquiler y por la tarde hemos estado de traslado de mis cosas. Gary se trasladará mañana, que tiene también el día libre.
Así que, chicas, mañana empieza una nueva vida para mí! Y menudo cambio radical! Trabajo nuevo en el hospital, piso nuevo, y Gary viviendo conmigo!!! Ah! Y el viernes por la noche, cena en casa de sus padres. Tendré que ir pensando en presentarle a los míos, no?
¿Tenía razón o no, cuando os he dicho que hoy había sido un día excepcional?