sábado, 21 de julio de 2012


Después del duro, pero divertido, día de mudanza, Pati nos invitó ayer a cenar a su piso para inaugurarlo. Llegué un poco tarde porque tuve un día ajetreado. Os dejo un par de fotos de su salón y de su cocina para que veais que no exagero cuando digo que le ha quedado un piso precioso.
Ya os conté que quería ir a la oficina de empleo a ver si encontraba algo. No puede ser que esté sin trabajar y que lo pague casi todo Lucas. Mis ahorros se están acabando y necesito ganar algo de dinero. Y no solo eso, tengo que trabajar; no puedo estar todo el día sin hacer nada. Así que me fui a la oficina de empleo y encontré un puesto de periodista en una revista. Hice la entrevista y ¡me cogieron! Es un puesto de ayudante y, por ahora, ni siquiera voy a escribir artículos. Mi trabajo será buscar información para los artículos que escriban las tres periodistas que trabajan en la revista, que, por cierto, es una revista de viajes. Creo que va a ser un trabajo muy interesante. Empiezo el lunes.
Cuando llegué a casa, me cambié y subí al piso de Pati. Anusky ya había llegado y había estado ayudando a Pati a prepararlo todo. También estaban ya en la fiesta Mariluna y Vnka80, que había traído unos cócteles estupendos.
Luego fueron llegando más chicas: Chiquibon y Paula, Debih, Tea y ..miranda. Pati había preparado una cena riquísima. Primero sacó una ensalada, después un filete con patatas fritas y verduritas, y de postre, una tarta que le quedó para chuparse los dedos!!!
Hubo un momento en la fiesta que no podíamos parar de reír. Resulta que Debih quiso probar el sillón de huevo de Pati y luego no podía levantarse. Se había quedado encajada, con las piernas al aire, y encima le dio un ataque de risa y no podía ni empujar hacia delante para salir del sillón. A las demás también nos entró la risa y no teníamos fuerzas para ayudarla. Así que, ya nos veis agarrándola de las manos para tirar de ella pero todas partiéndonos de risa, y ella igual, riendo como una loca y moviendo las piernas como para empujar, pero sin conseguir nada. Al final, cuando conseguimos parar de reír, la pudimos sacar del sillón. ¡Lástima no haber hecho una foto!

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